La idea fundamental que presentamos es la de ampliar el espacio público peatonal alrededor del Museo, creando un gran plano basamental de donde surge el edificio de Villanueva. Limitando la actuación al propio solar del museo y recuperando la topografía original del terreno se consigue lo que el Museo necesita con una arquitectura silenciosa, en parte enterrada, que define el volumen del Museo poniéndolo en valor. Para resolver el resto de necesidades del Museo: oficinas, biblioteca, restauración, etc., se propone crear un edificio semienterrado, por la calle Ruiz de Alarcón y la calle trasera al muro, de planta y alzado triangular. La cubierta de este edificio es la prolongación del pavimento de la calle Ruíz de Alarcón, bajo la que se organiza la entrada de automóviles y autobuses de acceso al aparcamiento subterráneo del Museo. Se trata en fin de hacer una ampliación enterrada ocupando solamente el solar del Museo de forma que hacia el exterior sólo se perciba un jardín que amplíe el espacio público de la zona. Se soslaya así el problema no sólo arquitectónico sino jurídico de incorporar el Claustro de los Jerónimos a la ampliación que se pretende. Creemos que los metros cuadrados que se conseguirían en la ampliación por la zona norte y este que proponemos, harían que no fuera necesario incorporar el espacio de los Jerónimos. La rampa que acompaña a la calle Felipe IV se hace horizontal frente a la fachada de Goya y cuando se cruza con el plano inclinado de la calle Ruíz de Alarcón se crea un hueco horizontal por el que se produce la entrada al Museo. El espacio de unión entre el triángulo de la calle Ruíz de Alarcón y el trapecio de la calle Felipe IV es la rótula que permite la entrada a la zona del público y servicios. Este espacio es un gran vacío de 17m. de altura por el que discurren rampas paralelas y escaleras mecánicas que van dando acceso a los distintos niveles. Unos ascensores panorámicos realizan la misma función de una manera más rápida.  

Fase: Anteproyecto